La Música en el ofrecimiento de vida a Dios
Tocaba hoy, dentro de este VII Curso de la Escuela de Formación Cofrade de la Hermandad de Santa Genoveva, dedicado a la música y su relación con nuestras Cofradías, una forma de expresión imprescindible en el desarrollo de nuestra historia: la Música de culto.
En esta ocasión, presentado por nuestra hermana Luisa del Valle Domínguez Escobar, directora del Coro de la Hermandad, D. Rafael Bermúdez Medina nos instruyó tanto teóricamente como de forma práctica, junto al tenor que le acompaña D. Manuel García Negrete, sobre las composiciones musicales que han acompañado a nuestras hermandades desde el siglo XV en sus diferentes celebraciones.
Rafael Bermúdez realizó un recorrido a lo largo de la historia de la Iglesia y de las Cofradías. Nos recordó figuras como los ministriles o músicos profesionales, el siglo de oro de la música religiosa (el Renacimiento), las Capillas musicales de las catedrales, fuentes de formación y difusión de la obra musical, la aprición de las Coplas a finales del s. XIX y la relevancia de D. Hilarion Eslava y su Miserere.
A partir de esta última época, nos refirió Bermúdez, se desarrollaron 3 estilos: el operismo, el “motu propio” y el eclecticismo. El primero de ellos favorito para nuestras hermandades, al ser más espectacular, mientras que el segundo, exhortado por la iglesia oficial, con el fin de evitar las influencias profanas. El tercero confluencia de ambos.
Ya en la primera mitad del siglo XX, músicos de la categoría de los Font, Pantión, Gámez Laserna, etc., continúan esta labor creando coplas propias para sus hermandades o por encargo. Este espíritu antes referido del “bel canto” está consolidado en nuestra sociedad y sigue gustando sobremanera en las hermandades.
A partir de esta última época, nos refirió Bermúdez, se desarrollaron 3 estilos: el operismo, el “motu propio” y el eclecticismo. El primero de ellos favorito para nuestras hermandades, al ser más espectacular, mientras que el segundo, exhortado por la iglesia oficial, con el fin de evitar las influencias profanas. El tercero confluencia de ambos.
Ya en la primera mitad del siglo XX, músicos de la categoría de los Font, Pantión, Gámez Laserna, etc., continúan esta labor creando coplas propias para sus hermandades o por encargo. Este espíritu antes referido del “bel canto” está consolidado en nuestra sociedad y sigue gustando sobremanera en las hermandades.
Durante la conferencia se procedió a la interpretación de varias piezas musicales como "Christus Factus est", de Gómez Zarzuela, "Panis Angelicus" de Santo Tomás de Aquino, "Ave María" de Franz Schubert, para finalizar junto a todos los asistentes cantando, y rezando, el "Salve Regina".
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