Miembros de los diferentes grupos de la Vocalía de Formación, junto a aquellos hermanos que han querido acompañarnos, hemos visitado en el día de hoy la exposición itinerante sobre la Sábana Santa que se encuentra situada en el Antiquarium y que permanecerá abierta hasta el 28 de junio próximo.
A través de una galería sin solución de continuidad, hemos ido pasando por las diferentes salas, perfectamente preparadas para el desarrollo de la visita. De forma organizada, gracias a las audioguías unipersonales, hemos ido recibiendo una información completísima que nos ha permitido adentrarnos en las vicisitudes que sufrió la Sábana Santa a lo largo de la historia y, lo más relevante, en los numerosos estudios científicos a los que fue sometida.
Hemos sido conscientes de la gran cantidad de detalles que nos hacen confiar en la veracidad de la Sábana Santa, sobre todo tras las pruebas científicas que se le han practicado.
Nos quedamos con la perfecta sintonía entre las heridas sufridas por Jesús y las imágenes impregnadas en el lienzo, algunas de ellas imposibles de falsificar, de haberse intentado en el siglo XIII, como hizo sospechar la prueba del C14, al datarla en esa época. Los hallazgos posteriores sobre la contaminación de la muestra obtenida que alteró dicha prueba y la presencia de polenes de la época de Jesús, avalan su contemporaneidad a su figura.
Pero sin duda alguna, la prueba del VP8, realizada gracias a la tecnología avanzada de la NASA, nos ha aportado con la demostración de su tridimensionalidad, una prueba impresionante que acerca aún más a la autenticidad del lienzo. Este hallazgo, junto a la imposibilidad por los científicos de explicar el fenómeno energético que pudo producir la impregnación de la imagen en el lienzo, una energía de gran potencia y en milisegundos, nos permiten ver, a los ojos de la fe, la presencia de la Resurrección.
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