"Sueños de un Lunes Santo" ...cumplidos.

Ha sido ésta una Semana Santa muy particular, tan deslucida por la lluvia, tan ni siquiera aún suficientemente digerida, que  nos ha dejado a los cofrades una sensación de obra inacabada. Tras una espera tan prolongada en el tiempo, la semana de Pasión se nos ha desvanecido sin apenas percibirla y nos hemos encontrado con los rostros descompuestos y con la miel en los labios. 

A pesar de compartir este estado de insatisfacción, los genovevos, afortunadamente, nos sentimos de una manera diferente. Tras el desastre sufrido el año pasado y con las expectativas envueltas en dudosas probabilidades conocidas por todos para este Lunes Santo, la decisión unánime de esta Junta de Gobierno, no exenta de riesgo, permitió que todos viésemos cumplido un sueño. No fue una decisión tomada desde la incosciencia, sino con la cabeza y con mucho, mucho sentido de nuestra misión...
 
La marcha compuesta por nuestro querido "Carri" y dedicada a nuestra Hermandad y a todos los hermanos, "Sueños de un Lunes Santo", expresa a la perfección la predisposición de todos el pasado lunes:

Nuestros músicos tenían que acompañar a Nuestro Padre Jesús Cautivo y ver realizados sus sueños tras un año muy duro. Y sus sueños se vieron cumplidos a pesar de los obstáculos que encontraron durante este tiempo por el camino. Y lo hicieron con elegancia, respeto, eficacia e ilusión.

Nuestros acólitos, costaleros y colaboradores de Priostía debían demostrar que la constancia, el esfuerzo y el compromiso con la función que desempeñan son los pilares sobre los que se construye el grupo. Y lo hicieron con humildad, alegría, firmeza e ilusión.

Nuestros diputados, celadores y colaboradores externos tenían que ponerse al servicio de los demás hermanos como Jesús nos enseñó en el lavatorio de los pies. Y lo hicieron con sacrificio, seriedad, confianza e ilusión. 

Y nuestros hermanos nazarenos debían mostrar al Pueblo la gran devoción a nuestros Titulares y la fe sencilla heredada de sus padres y sus abuelos. Y lo hicieron con uniformidad, con orgullo, como un sólo cuerpo y, cómo no, con ilusión.

El unánime que  permitió ver cumplidos nuestros sueños este Lunes Santo, fue sin duda, obra de todos aquellos que confiiaron en Jesús e insistieron en no abandonarle en su momento de cautividad.  Fue un  aclamado por quince corazones siempre anhelantes de "un Mundo Mejor".  

Bendita seas Madre de las Mercedes por acogernos con tu Manto, y bendito tu Hijo.

Gracias, Jesús Cautivo, por tu Bondad, por tu Misericordia y por tu infinito Amor.

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